Desapego
Hoy tuve una lección de desapego, terrible pero maravillosa a la vez. Me di cuenta lo efímero de nuestro cuerpo y lo grandioso de nuestro ser, pude experimentar la impermanencia de las cosas al constatar que en un instante dejamos de existir como personas, nombre propio, pasado, futuro e historia.
Al comprenderlo sentí paz -esa sensación que nada importa-, que solo ese ser dentro de nosotros- llamado alma- es invariable, eterno y perfecto y que solo espera por nosotros. Somos más que el cuerpo, este es solo el móvil, mas no el conductor.
Cuando se reconoce el cuerpo y el alma, lo perfecto toma posición de “su herencia”, para ser el protagonista de tu vida y darle un verdadero fin a tu existencia en este mundo.
¡No hay porque apegarse! Es inútil querer poseer, manejar y hacerse dueño de la vida; ella no puede ser poseída solo vivida. ¡Qué absurdo, casi cómico! Pasar toda la vida queriendo capturar y perpetuar el momento, cuando el menester es imposible; hacer contratos perpetuos para poseer a los seres amados o pretender ser dueños de las cosas que adquirimos ¡que locura!.
Que alma más noble la que se deposita en un cuerpo para hacer su trabajo, perfecto para la labor pero frágil para la eternidad.
¡Dejemos de llorar por lo que quisimos y no tuvimos, dejemos de soñar por lo que vendrá y lamentarnos por lo que no vino, dejemos de retener… ¡Solo gozar por lo tenido!
Miremos la vida para amar sin futuro, para vivir sin miedo, para agradecer nuestro existir. La vida nos da la grandiosa oportunidad de sentir, esa sensación perfecta de amar con todos los sentidos, ¡un privilegio! ¡Nuestro cuerpo es un privilegio! Un beso, una caricia, una mirada, una palabra de amor que cala profundamente nuestras almas, los cuerpos entrelazados sintiendo el Universo manifestándose en ellos, el roce de la piel. Tan simple el existir, tan fácil de obtener y tan difícil de gozar.
Viajes astrales, canalización de pensamientos, hacer de una idea una realidad, de un proyecto un triunfo, y todo esto gracias al cuerpo que nos brinda la sensación de estar más allá del mismo; ¿Cómo reconocer el alma sin cuerpo?, ¿Cómo medir, como aquilatar, como transcender, desde que punto de partida?.
El cuerpo nos da la libertad del alma, porque el alma, se encuentra temporalmente depositada en él… Como saber lo no manifiesto sino hubiera algo concreto en la dimensión de los sentidos, como conquistar la naturaleza intrínseca de nuestras almas sin batallas por el territorio, como buscar la felicidad eterna sin la limitación del tiempo, como reencontrarse con la esencia sin la pérdida temporal o ficticia de ella, como recordar sin olvidar, como liberarse sin esclavitud.
Ahora comprendo con claridad mi existir y estoy eternamente agradecida.