No hay luz, no hay oscuridad solo amor

No hay luz, no hay oscuridad solo amor

No hay luz, no hay oscuridad solo amor

 

Me encuentro en el claustro de un convento, soy una niña de trece años y voy  a morir encerrada y sola. Luego me veo en otra vida, soy un cardenal muy ambicioso, cruel e incapaz de perdonar…. hice cosas horribles ¿te imaginas…? Experiencia nada agradable.

Sentí que me decían que yo elegí experimentar la sensación de poder  e impunidad, así como la opción de ser la niña sufriente y compensar en una sola vida el daño ocasionado, justo en el mismo claustro que construí cuando fui cardenal. ¿Cuál era la finalidad de ver todo esto?

Y esto fue el mensaje que recibí:

“Para despertar al ser necesitas conocer la luz y la oscuridad. La Tierra es un centro de entrenamiento en el cual te manifiestas en todas  las dimensiones para reconocerte como parte del Todo y volverte poderoso en el amor y la compasión. Entonces, ¿Cómo podrías juzgar o juzgarte?

Cuando los seres se creen malos se ocultan en la oscuridad, se pierden en la culpa y son atrapados en sí mismos. Hay que rescatarlos del letargo, despertarlos a su verdadero ser. ¡Ni luz ni oscuridad! solo el ser (DIOS) que espera por ti. No hay juicio ni perdón, no hay división… solo amor y compasión.

Es difícil comprender estando encarnados como seres humanos divididos  desde el ADN, es difícil poder ver la realidad, regresar al centro y tomar las decisiones desde allí. No hay luz, no hay oscuridad, solo amor. EL AMOR es el fluir en libertad sin exigencias, sin impedimentos de ninguna clase, no hay negro ni blanco solo el color que tú eliges. Cree y llegaras. NO hay división.

Mira a las personas con respeto, con dignidad. No importan sus actitudes, dentro de ellos está el Ser (DIOS) probando lo que decidieron experimentar.

Ahora tú me dices… ¿y para qué luchar? No te equivoques…El que experimenta el odio o la maldad tendrá que vivirlo y el que lucha contra ella, también. No hay ni bien ni mal, solo es lo que es. ¡No te aflijas! ya lo entenderás… El que experimenta el mal es un aguerrido pues solo hay sufrimiento en él; es una tarea  muy difícil  y decidió pasar por todo ello y asumir las consecuencias. Una persona que experimenta el bien (así lo llamamos) solo tiene felicidad y paz interior. Pero yo te pregunto ¿quién es el valiente?

No hay soluciones, no hay juicio; tan solo saber quiénes somos en realidad.

Nuestro trabajo es despertar a los que se culpan, y a esos les digo que no hay oscuridad. No tengas miedo solo hay compasión¡¡.

 

CONFESIONES DE UN REGRESIONISTA

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *